sábado, 28 de marzo de 2009

Anorexia

En el reflejo del agua del váter, Penélope pudo apreciar su rostro oscurecido por la tristeza. Le horrorizó las orejas que subrayaban la negrura oceánica de un mar nocturno y unos labios hinchados y heridos por las mordeduras. El dolor de evitar la tentación. Además, su cabello había perdido el brillo que le caracterizaba y ahora era un matojo de cabello que caía a borbotones.
Y eso le entristeció. ¿Por qué unos tenían tanto y otros tan poco? Era injusta la desigualdad del mundo. Ella tan sólo pedía un buen cuerpo y una dulce cara y para ello, había tenido que pasar por muchas dificultades sin conseguir nada. Otros, sin embargo, tenían una silueta envidiable sin haber hecho nada. ¿Por qué?
Eso provocó que el redoble de tambores aumentara y la rabia encontró la campanilla con facilidad.
Una arcada.
Volvió a sentirse una mierda cuando sintió el líquido salir de sus labios. La luz lo iluminó: amarillento y rojo. Sangre.
Respiró profundamente intentando apartar el mareo de ella misma. Sus ojos volvieron a observar el servicio, tal como lo había dejado. Sin ningún cambio.
Se sintió mejor, a pesar de la sensación de haber jugado con fuego.

Quiero ser princesa


2 comentarios:

Leodin DaCore dijo...

Tu historia tan famosa en el foro. Historias famosas, anónimas y reales...

Buena semana :)

Maddie dijo...

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Madison
maddie0147@gmail.com